Thursday, July 24, 2014

Retomar el hilo

Titilar fue mi primer experimento en bloggear hace ya varios años cuando los blogs eran una novedad. Después de volcar algunos breves textos espontáneos que habrán sido leídos por 20 personas como mucho, quedó abandonado y solitario, ajeno al renovado mundo de la interconexión digital, como en una cueva, sin recibir visitas, sin realizar algún tipo de señal, nada, un agujero negro, una isla desierta en un lugar por donde no hay tráfico marítimo, ni siquiera llegan náufragos o botellas con cartas, o deshechos del reino de los vivos, titilar se mantuvo durante años como en el más allá, pero sin morir definitivamente, como en un estado de coma vegetativo, hasta que un buen día titiló, titiló un poquito más, y luego más, y entonces lo escuché, y acudí a su encuentro. Encontré algunos textos en estado de descomposición, un blog putrefacto y desnutrido, releí algunos de sus antiguos intentos por existir y me generó entre pena y verguenza, vi una foto de mí mismo de años atrás y me asusté,... pero también esbocé algunas sonrisas, me dejé atrapar brevemente por mis propios garabatos y reconsideré la posibilidad de volver a usar pelela, una pelela de pensamientos, pero quise que no todo sea una mierda, así que pensé en transformarlo un poquito, rehabilitarlo y volcar algunas reflexiones o lo que surja, sin llamar mucho la atención porque eso nunca me funcionó, pero si estás leyendo esto es porque viste una puerta abierta y entraste, y esto es lo que hay, se llama titilar, y esto es lo que es, un pulso, un latido, la esencia misma de nuestra existencia mutante y al mismo tiempo nada más que un montón de nada.